Como todos sabemos las primeras impresiones pueden jugar juegos con nosotros, ciertamente el caso de la JVC HD 30 no es la excepción. Se trata de una cámara que en mi primera impresión no era muy buena. Llego la caja conteniendo; los cables, un cd y la cámara…
Me moría por usarla pero mi primera impresión al utilizarla no fue muy buena. Incluso debo admitir que intente cambiarla pero a causa de los amables idiotas en la tienda virtual de redcoon no pude. Me pretendían devolver como máximo un 70% del coste solo por abrir la caja en la que fue transportada. ¡Un robo!
En fin. No se que esperaba pero lo que sea que esperaba mi primera experiencia fue un tanto decepcionante como pueden apreciar en la sección de videos con los primeros tres videos. Luego comprendí que no se trataba solo de la cámara sino de como uno la empleaba. Por lo tanto comencé a jugar con luces y funciones. Brillo, foco, diafragma, obturación, Empecé a tocar todos esos botones que antes desconocía por completo hasta lograr la imagen que quería.
Aún así esa imagen no me terminaba de contentar pero luego comprando focos, haciendo un poco de pospo por fin llegue a resultados que fueron de mi gusto y satisfacción. Por lo tanto aprendí algo muy importante acerca de la primera impresión. No juzgues a una cámara por un video de alguien filmando una ardilla, no la juzgues por lo que filma sino por lo que puede llegar a filmar. No es la cámara sino como se utiliza. La moraleja de la historia es; No se dejen engañar por la primera impresión o porque alguien filme a una ardilla con esta cámara pues tiene mucho que ofrecer.